El Marxismo frente a la crisis del sistema y la… por attactv

¿Puede el marxismo llegar a ser un recurso útil para hacer frente a la actual situación de crisis? Carlos Fernández Liria, profesor de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, lo explica en esta entrevista en la que también habla de la educación pública, de los medios de comunicación y del derecho como contrapoder. Colabora con attac tv para que podamos seguir produciendo contenidos. Haz tu donación en www.attac.tv

Comentarios

3 Comentarios de “El Marxismo frente a la crisis del sistema y la revolución neoliberal – Carlos Fernández Liria”

  1. Claudio Valderrama García dice:

    Señor Jaime, acabo de leer su artículo, el cual publicó usted el 1 de octubre, a las 11 de la mañana, de la manera más inesperada; pues no creía tener nada suyo que tratara de mi crítica sobre «El marxismo frente a la crisis del sistema y la revolución neoliberal», del catedrático Don Carlos Fernández Liria.
    Usted dice en su escrito «…pero si Valderrama tiene una explicación mejor, me gustaría escuchar tu receta de cómo los trabajadores y las masas desempleadas podemos superar la crisis económica de nuestros días…» Veo en esta frase, sin ir más lejos, mucha ingenuidad y poca observación de los aconteceres y conductas de los partidos marxistas. Piense que lo de «marxista» es un mero eslogan, y como es lógico, sin ninguna relación con los problemas directos del proletariado, tanto de la ciudad como del campo. Siendo así, ¿cómo cree usted en los intelectuales, que son todos, sin excepción, enemigos harto reales de aquél? ¿Dónde ha visto usted que los tales hayan hecho algo, ni siquiera para justificarse, a favor del que no tiene hacienda? Todas las revoluciones consideradas sociales
    (desde la francesa hasta la cubana, pasando por la rusa o soviética y china) han fracasado para la clase obrera, ¿por qué? Porque los «aliados» de ella, los intelectuales oportunistas, han llegado al poder no para servirla, sino para tenerla a su exclusivo servicio. La severidad
    conque siempre fue tratada, una vez dominada por la fuerza de las armas por esos falsos amigos, se ha visto en todas esas naciones.
    Claro que tengo recetas, y muy prácticas; mas no depende sólo de teorías factibles, ya que también intervienen la solidaridad sincera y la voluntad de los que se presentan como partidarios convencidos de los trabajadores, sin que esto resulte real a la hora de hacerse con el mando nacional. Tienes una formidable e inequívoca prueba de que lo primero que toman (los intelectuales)son los palacios para residir… , como fue el caso de Lenin, que eligió el grandísimo palacio real del Kremlin para eso. Es imposible que desde tan ostentosa y tan bunquerizada residencia se pueda servir al pueblo, y mucho menos a los asalariados.
    ¿Qué hizo el partido comunista bolchevique ya rigiendo los destinos del país? Utilizar el terror contra, precisamente, los trabajadores y campesinos, con el cruel pretexto de que la dictadura del proletariado tenía que aplastar a la burguesía (la Iglesia ortodoxa fue privilegiada mientras estuviese al lado del régimen y los militares de graduación coparon los puestos principales del ejército rojo), a la cual causó mucho menos daño que a los jornaleros, que sufrieron el hierro de «sus» salvadores.
    Y en las demás tomas del poder por esos partidos, sucedió de modo parecido.
    Claudio Valderrama

  2. Jaime Mejía dice:

    Lamentablemente la mayoría de nosotros los trabajadores en nuestro afán de ganarnos «el pan nuestro de cada día» y vivir una vida digna con nuestra familia, carecemos de tiempo, de formación académica y de fuerzas para teorizar sobre nuestros problemas, sin agregar que los intelectuales del sistema capitalista no descansan y siempre están creando y trazando trampas de mercado para embaucarnos con sus ofertas de consumo y hacernos creer que somos «la clase media» imitando valores y costumbre de las clases altas. Lo «ideal» sería lo que Claudio Valderrama critica en su corto texto: que los intelectuales teóricos del Marxismo la «vivieran en carne propia» para poder hablar con mas autoridad y creerles, no ver lo que acontece desde las «galerías» sino en el mismo lugar de los hechos donde se da la explotación laboral: madrugar al trabajo, dormir poco y mal, la imposición de horarios de trabajo, los salarios precarios, la insalubridad, el ruido de las máquinas, el polvillo del interior de las fábricas, los olores desagradables, los gases tóxicos y medios tóxicos, el frío, viento, lluvia y nieve, el calor intenso, sin agregar los conflictos raciales y la discriminación que entran en otra escala de valores pero son parte del sistema de explotación etc. etc. lamentablemente algunos intelectuales sean estos Marxistas o no, al momento de decidir muchas veces elijen su clase pequeño burguesa y en la mayoría de los casos nos traicionan, es por eso que los trabajadores debemos elevar nuestro nivel de comprensión de los fenómenos socio políticos para poder cambiar nosotros mismos la realidad, naturalmente con la ayuda y colaboración de intelectuales honestos y leales a la clase obrera que si los hay muchos y por el mismo hecho de defender esta causa son también bloqueados, censurados y marginados por el sistema capitalista y sus agentes. De todas maneras no sería justo ni prudente criticar la opción sentimental de un muerto como es Marx al momento de elegir esposa, pues a estas alturas no tiene capacidad de defenderse, tampoco me pondré «radical» contra Fernández Liria acusándolo de no vivir en carne propia la explotación laboral, pues el es él y yo soy yo. Me parece que el trabajo teórico de los intelectuales marxista contemporáneos, algunos de ellos que tuve la oportunidad de escuchar y tratar en la última universidad de verano del pensamiento crítico en la Universidad de Valencia, la información me pareció muy veraz, sincera y necesaria. Yo le recomendaría a Claudio Valderrama, que si él es un trabajador, que empiece a teorizar y a plantear soluciones concretas y no lanzarse a criticar en forma radical a los teóricos actuales del marxismo solo porque no viven directamente la explotación laboral, te estas yendo pos las ramas, estas poniendo en duda lo que a mi me satisface como explicación de las causas y orígenes de las crisis mundial del capitalismo, pero si Valderrama tiene una explicación mejor, me gustaría escuchar tu receta de como los trabajadores y las masas desempleadas podemos superar la crisis económica de nuestros días….
    Atte. Desde Suecia
    Jaime Mejía.

  3. Claudio Valderrama García dice:

    El señor Carlos Fernández Liria nos trae a su tocayo Marx como si fuera la solución a los problemas del mundo civil y laboral. Marx no dejó nada escrito de cómo tendría que ser la Dictadura del Proletariado; tampoco elaboró un estudio concreto del trabajador como hombre y como víctima. Lo suyo fue teorizar sobre el origen de la riqueza empresarial valiéndose de la plusvalía, que es lo mismo que pagar cuatro horas (al jornalero) y quedarse con el resto de la jornada. Este monstruoso robo a Marx le importaba muy poco, ya que él desconocía, directamente, el sistema cruel e inhumano de la explotación en el interior de las fábricas más penosas e insalubres, las que no visitaba para interesarse por estado de cada trabajador y del régimen injusto al que era sometido. Como este teórico nunca fue trabajador no podía saber lo que era sufrir bajo el poder incontestable del tirano-propietario, al que las leyes le protegían de un modo absoluto.
    Marx sólo se preocupó de dar a conocer sus ideas, a través del periódico de su propidad, refentes a la producción y de cómo llegar al poder asociando al proletariado por medio de una
    organización política en forma de partido dirigente, éste tendría como misión primordial formar agitadores salidos de la pequeña burguesía para dirigirse a ese proletariado harto de tanto sufrir tan grandes abusos por parte del Estado y de sus aliados, los empresarios. Esto era por lo único que «luchaba» Carlos Marx, no por liberar a los trabajadores de las garras atroces de los explotadores. Al casarse con Jenny von Westphalen, hija de un funcionario de la nobleza, demostró tener una mentalidad aristocrática y no obrerista; no se puede tener esta mentalidad sin ser obrero. Sólo el obrero siente serlo.
    El trabajador nunca tuvo -ni tiene- amigos ni defensores sinceros fuera de su clase. Los que ven en ella una fuerza formidable y amenazadora, se hacen pasar por sus libertadores: Un catedrático, y menos de universidad, que vive con toda clase de comodidades y con un nivel social muy alto, sus relaciones siempre serán con los de su clase, jamás lo serán con los de abajo, a los que mira con desdén y superioridad.
    Claudio Valderrama/[email protected]

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