Santiago Alba
Publicado el 25.02.11
El escritor y filósofo Santiago Alba ofrece en una entrevista para ATTAC TV una visión antropológica sobre cómo actúa y qué es una sociedad de consumo y sus consecuencias en relación con el sistema capitalista. Además, explica también qué es el gag visual y los peligros que encierra, y ofrece su punto de vista acerca de las posibles alternativas frente al capitalismo. Por último, también nos da su opinión sobre la manera en que operan hoy en día los medios de comunicación y cómo la imaginación está siendo secuestrada por los grandes “fantasiosos” del sistema como puedan ser las grandes multinacionales y los mercados.
El miércoles pasado Arcadi Oliveras nos decía en unas jornadas organizadas por el grupo ecologista de la facultad de Biologia de la Universidad de Barcelona que la renta por cápita mundial (ponderando por la capacidad adquisitiva) está hoy día alrededor de la renta por cápita de Uruguay. Así que más o menos podemos tener esa idea del trozo de pastel que nos toca.
A eso le sumo que si dejamos de hacer armas y otras cosas demasiado contaminantes por el servicio que nos proporcionan, y usamos tecnologías menos contaminantes -yendo con cuidado con el efecto rebote («al ser mas eficientes que no acabemos consumiendo mas», «al reciclar el papel, pasar a consumir mas papel»….)- el bienestar puede ser mayor aún que en este país de sudamérica.
Bueno, yo creo que hay gente que sabe hacerla, los geógrafos, o los estadistas. Se sabe, por ejemplo, que hay alimentos en el planeta para la supervivencia de todo el mundo. Otra cosa son las concepciones culturales sobre cuántos alimentos se deben acumular e ingerir (estoy pensando ahora en los de las 67 hamburguesas, por ejemplo, en nuestras sociedades obesas…). Pero aparte de eso, se pueden hacer cuentas. Y muchas se hacen, tenemos grandísimas bases de datos, pero no sabemos relacionarlas, ni siquiera la mayoría sabemos leerlas, aun teniendo buena formación y preparación.
Quizá tenga razón este Santiago, cuando hagamos una verdadera planificación… Y claro, para eso los bienes no pueden ser privados, porque entonces habrá gente que quiera tener más que los demás.
Jo, eso ya lo decía Rousseau!
Si se dividieran los recuersos de la Tierra entre sus habitantes, sabríamos qué trozo de pastel podemos comeros cada uno, sin estarle quitando su trozo a nadie. ¿Alguien sabe hacer esa cuenta?