Susan George nos habla de las múltiples oportunidades que perdieron nuestros gobernantes para afrontar la crisis en el 2008 y de las múltiples oportunidades que ahora están perdiendo para una Transición sostenible al mismo tiempo de una recuperación económica. Haz click en el botón CC del visor del vídeo para activar los subtítulos en castellano.

Comentarios

4 Comentarios de “Susan George – Green New Deal (Nuevo Pacto Verde)”

  1. MANU dice:

    A LA ATENCION DE:
    Director
    Jesús Maraña
    Subdirector
    Manuel Rico
    Director general
    David Torres
    Gestión
    Javier Muñoz (Director Gerente)
    Emmanuel Fernández (Director técnico)
    Pablo de Zárraga (Jefe de operaciones)
    Ricardo Dolarea (Jefe de marketing)
    Carmelo Hernández (Jefe de distribución)
    A LA ATENCION DE:
    REDACCION DIARIO PUBLICO.
    *ANALIZAR EN PROFUNDIDAD!!
    /PUBLICAR/-REPUBLICAR!!
    EXTRAER VUESTRAS PROPIAS CONCLUSIONES
    PUBLICAR Y DIFUNDIR
    ES MUY PERO QUE MUY IMPORTANTE QUE LOS CIUDADAN@S PUEDAN ESTAR BIEN INFORMADOS A PARTIR FUENTES DE AUTENTICOS EXPERTOS Y NO FALSOS E INTERESADOS GURUS FUNDAMENTALISTAS DE MERCADOS NEOLIBERALES «DESREGULADOS!!!..»
    -ADELANTE DIARIO PUBLICO!!!
    ENVIEN LA INFO A CONGRESO DE LOS DIPUTADOS-GOBIERNO- TVE-
    DEBERIAN LEER ESTE INFORME DE EXPERTOS QUE DICE QUE EN PRIMER LUGAR SE DEBEN ACOMETER LAS REFORMAS DE MERCADOS FINANCIEROS ANTES DE NADA PUES SI NO NADA DE LO QUE SE REFORME SIRVE PARA NADA PUES EN CUALQUIER INSTANTE TODOS LOS PAISES SUFRIRAN RIESGOS SISTEMICOS-ENTONCES,
    NO SIRVEN ABSOLUTAMENTE PARA NADA LAS MEDIDAS QUE SE HAN TOMADO Y SE TOMARAN..,POR LO TANTO NI G-20- G-7- UE- NI MERCADOS-DADO ESTE INFORME DE LA ONU NINGUN PAIS
    PODRIA DEMANDAR NI A ESPAÑA NI A NINGUN OTRO PAIS, POR NO ACATAR FORZOSAMENTE MEDIDAS DE AJUSTE ESTRUCTURAL,
    NADIE ESTARIA LEGITIMADO MUCHO MENOS OBLIGAR O SANCIONAR A ESPAÑA NI RESTO DE PAISES PUES ESAS DEMANDAS NO DEBERIAN SER ACEPTADAS POR NINGUN SUPUESTO TRIBUNAL DADO QUE SOBREENDEUDAMIENTO ES CAUSA DE FRAUDE SISTEMICO EN TEORIA Y ESPERO QUE TAMBIEN EN LA PRACTICA NADIE ESTARIA LEGITIMADO-ALEMANIA-FRANCIA-UE-EEUU-ETC ANTE NINGUN TRIBUNAL A NINGUN PAIS POR ESTAS CAUSAS DADO LO EXPUESTO EN INFORME ONU QUE LES ENVIO ANALICENLO A FONDO INVESTIGUEN PUBLIQUEN SUS PROPIAS VIAS DE INVESTIGACION-CONCLUSIONES-REFLEXIONES-SEGUN ESTE INFORME DE LA ONU NADIE LEGALMENTE, NI LEGITIMAMENTE PUEDE IMPONER LEGALMENTE RECORTES EN AJUSTES ESTRUCTURALES-SEGUN INFORME ONU 2009-
    TODOS LOS INFORMES ONU
    CRISIS ECONOMICAS ANALISIS Y SOLUCIONES DEMOCRATICAS OPTIMAS PARA TODOS LOS PAISES ADVERTIDAS POR CIENTIFICOS DE ONU-
    ANTES DE HACER NADA, REFORMAS CONSTITUCIONALES..-AJUSTES DEFICITS ESTRUCTURALES..,
    TODOS LOS PAISES TIENEN QUE SEGUIR NORMATIVAS Y RECOMENDACIONES
    ONU-RESOLUCIONES SOBRE crisis económica mundial: fallos sistémicos y remedios multilaterales
    ORGANIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS
    -ONU-2009-
    PUBLICACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS
    UNCTAD/GDS/2009/1
    La crisis
    económica mundial:
    Fallos sistémicos
    y remedios multilaterales
    El repetido llamamiento de la UNCTAD en pro de una gobernanza
    monetaria y financiera internacional más rigurosa resulta más pertinente
    que nunca en la actual crisis, que tiene alcance mundial y carácter
    sistémico. La dinámica de la crisis es consecuencia de los fallos en la
    desregulación financiera nacional e internacional, los persistentes desequilibrios
    mundiales, la inexistencia de un sistema monetario internacional
    y las profundas incoherencias entre las políticas comerciales,
    financieras y monetarias mundiales.
    Remedios nacionales y multilaterales
    • El laissez-faire de los últimos 20 años, inspirado por un fundamentalismo
    de mercado, ha fracasado estrepitosamente. La desregulación
    financiera alentó la acumulación de enormes posiciones de riesgo
    cuya corrección ha precipitado a la economía mundial en un proceso
    de deflación por sobreendeudamiento, que sólo puede ser contrarrestado
    con medidas inflacionarias financiadas con endeudamiento
    público:
    – La tarea más importante es romper la espiral descendente de los
    precios de los activos y de la demanda y reavivar la capacidad del
    sector financiero para proporcionar crédito destinado a la inversión
    productiva, estimular el crecimiento económico y evitar la deflación
    de precios. El objetivo principal de la reforma normativa ha de ser
    el de suprimir sistemáticamente las innovaciones financieras que no
    conlleven beneficios sociales.
    • La fe ciega en la eficiencia de los mercados financieros desregulados
    y la inexistencia de un sistema financiero y monetario basado en la
    cooperación generó la ilusión de que las operaciones financieras
    especulativas en numerosos ámbitos podían rendir ganancias sin
    riesgo y otorgaban licencia para el derroche:
    – Esa disfunción sistémica sólo puede subsanarse mediante una
    reforma completa que reintroduzca la regulación y en la que se
    otorgue un papel decisivo a los gobiernos y a la colaboración entre
    ellos. En contra de la opinión tradicional, los gobiernos están bien
    situados para evaluar los movimientos de los precios en los mercados impulsados por la especulación financiera, y no deben dudar en
    intervenir cuando se vislumbran desequilibrios importantes.
    El papel y el peso crecientes de los inversores financieros en gran
    escala en los mercados de futuros de productos básicos han afectado
    a los precios de esos productos y han aumentado su volatilidad. En el
    período de auge económico se generaron burbujas especulativas
    para algunos productos, que han estallado tras la conmoción de las
    hipotecas de alto riesgo, o «subprime»:
    – Los reguladores han de tener acceso a datos más completos sobre
    las transacciones para poder entender los factores que determinan
    en cada momento los movimientos de los precios e intervenir
    cuando determinadas transacciones parezcan problemáticas, y es
    necesario colmar vacíos normativos fundamentales para impedir
    que las posiciones en los actuales mercados extrabursátiles no
    regulados conduzcan a una «especulación excesiva».
    • La inexistencia de un sistema internacional cooperativo capaz de
    gestionar las fluctuaciones de los tipos de cambio ha propiciado una
    desenfrenada especulación cambiaria y profundizado los desequilibrios
    mundiales. Como ocurrió en Asia hace diez años, la especulación
    con divisas y la crisis cambiaria han llevado a varios países al
    borde de la quiebra y han agudizado enormemente la crisis:
    – Los países en desarrollo no deben ser objeto de «calificación en la
    crisis» por los mismos mercados financieros causantes de sus problemas.
    Se necesitan urgentemente arreglos cambiarios multilaterales
    o incluso mundiales para mantener la estabilidad global, para
    evitar el colapso del sistema internacional de comercio y para evitar
    que los países afectados por la crisis adopten políticas procíclicas.
    Adopción de decisiones económicas a nivel mundial
    • La crisis ha puesto claramente de manifiesto que la globalización del
    comercio y de las finanzas requiere mecanismos de cooperación y
    regulación a nivel mundial. Sin embargo, para salir de la presente
    crisis y evitar que se reproduzca es necesario ir más allá de la
    regulación bancaria y financiera y abordar la cuestión fundamental
    de cómo reactivar y extender el multilateralismo en un mundo en
    proceso de globalización.
    Informe del Grupo de Trabajo de la secretaría de la UNCTAD sobre cuestiones
    sistémicas y cooperación económica: Resumen
    v
    • Las Naciones Unidas están llamadas a desempeñar un papel
    fundamental en la conducción de ese proceso de reforma. Son la
    única institución que, por su carácter universal y su credibilidad,
    está en condiciones de dar legitimidad y viabilidad a un sistema de
    gobernanza reformado. Además, cuentan con probada capacidad
    para realizar análisis imparciales y formular con pragmatismo
    recomendaciones normativas en esta esfera.
    Informe del Grupo de Trabajo de la secretaría de la UNCTAD sobre cuestiones
    sistémicas y cooperación económica: Resumen
    vii
    Prólogo del Secretario General de la UNCTAD
    El proceso de desapalancamiento global que empezó a manifestarse en la
    economía mundial a mediados de 2007 y que se aceleró en el otoño de 2008
    no habría sido posible sin la singular coincidencia de diversas disfunciones
    del mercado y otros factores desencadenantes, de los que algunos son reflejo
    de desequilibrios fundamentales de la economía mundial y otros están
    vinculados específicamente al funcionamiento de mercados financieros de
    gran complejidad. Los principales de estos factores «sistémicos» fueron la
    plena desregulación de los mercados financieros y la creciente complejidad
    de las técnicas de especulación y de la ingeniería financiera. También
    influyeron otros factores, en particular la incoherencia sistémica entre los
    sistemas comercial, financiero y monetario internacionales, además del hecho
    de que no se hubiera llevado a cabo la indispensable reforma de la
    arquitectura financiera mundial. Más recientemente, la aparición de nuevos y
    poderosos agentes económicos, especialmente de países en desarrollo, sin la
    necesaria reforma del marco de gobernanza de la economía mundial, acentuó
    esa incoherencia.
    Durante muchos años, incluso cuando las perspectivas de la economía
    mundial eran mucho más halagüeñas que en la actualidad, la UNCTAD
    subrayó la necesidad de coherencia sistémica. Señaló sistemáticamente las
    deficiencias del sistema económico internacional y se opuso a la corriente
    mayoritaria de la teoría económica, que justificaba la liberalización financiera
    sin un marco reglamentario mundial claro. La UNCTAD previno
    reiteradamente sobre los graves desequilibrios comerciales que ensombrecían
    la economía mundial y planteó la necesidad de corregir esos desequilibrios
    sin perturbar el proceso de desarrollo. También avisamos de que, de no establecerse
    una coordinación internacional de las políticas macroeconómicas, la
    corrección podía producirse en forma de una abrupta desaceleración y una
    profunda recesión. En los últimos años alertamos del creciente riesgo de que
    la economía real quedara a la merced de los caprichos y la volatilidad de los
    mercados financieros. En ese contexto la UNCTAD ha abogado siempre por
    una mayor gobernanza monetaria y financiera internacional.
    Es necesario llegar a una comprensión más cabal de cómo la inexistencia
    de regulación financiera adecuada creó las condiciones para operaciones
    especulativas cada vez más arriesgadas en los mercados de productos básicos
    y en los mercados de divisas y de cómo la desregulación y la liberalización financieras indiscriminadas han contribuido a los desequilibrios mundiales.
    De ese análisis puede surgir una conciencia más clara de que esas y otras
    deficiencias sistémicas sólo pueden subsanarse mediante una drástica reforma
    de los sistemas monetario y financiero internacionales a través de procesos y
    mecanismos de cooperación multilateral que fortalezcan la participación de
    los países en desarrollo en la gobernanza mundial.
    En ese contexto establecí en octubre de 2008, con carácter interdivisional,
    un Grupo de Trabajo sobre cuestiones sistémicas y cooperación económica,
    presidido por el Director de la División de Globalización y Estrategias de
    Desarrollo. Ese grupo de economistas de la UNCTAD recibió el encargo de
    examinar los aspectos sistémicos de la crisis y formular propuestas para la
    adopción de medidas de política a nivel nacional y multilateral. Huelga decir
    que la dimensión de desarrollo y la necesidad de encontrar respuestas
    adecuadas constituyen preocupaciones fundamentales de la UNCTAD, que se
    tuvieron presentes al definir las cuestiones planteadas en el presente informe.
    No cabe duda de que, aunque sea necesario fortalecer los mecanismos de
    regulación financiera a nivel nacional, los actuales problemas de la economía
    mundial requieren soluciones mundiales. Las Naciones Unidas deben
    desempeñar un papel esencial en ese proceso de reforma, no sólo porque son
    la única institución capaz, por su carácter universal y su credibilidad, de dar
    legitimidad y viabilidad a un sistema de gobernanza reformado, sino también
    porque cuentan con probada capacidad para realizar análisis imparciales y
    formular con pragmatismo recomendaciones normativas en esta esfera.
    La crisis económica mundial todavía no ha tocado fondo. Las principales
    economías industriales se encuentran en una profunda recesión, y en el
    mundo en desarrollo se está registrando una abrupta desaceleración del
    crecimiento. No puede descartarse que muchas economías importantes
    terminen por caer en una trampa deflacionaria. Sigue siendo imprescindible
    atender a los problemas puntuales que van surgiendo, pero no es menos
    urgente determinar las causas subyacentes de la crisis y acometer una
    profunda reforma del sistema de gobernanza económica mundial.
    Los factores causantes de esta crisis son, por supuesto, más complejos de lo
    que sugieren algunas explicaciones simplistas que apuntan a supuestos fallos de
    los gobiernos. Ni un «exceso de liquidez» como resultado de una «política
    monetaria expansionista en los Estados Unidos» ni una «saturación mundial de
    ahorro» bastan para explicar la situación próxima al colapso del sistema
    financiero. Lo mismo cabe decir de las conductas fraudulentas individuales. Es
    cierto que, sin el concurso de demasiados operadores avariciosos que trataban
    de obtener ganancias de dos dígitos en un sistema económico que sólo puede
    sostener tasas de crecimiento de un dígito, la crisis no habría estallado con tanta
    fuerza. Sin embargo, unas buenas políticas económicas deberían haber tenido
    en cuenta que los seres humanos pueden ser avariciosos y cortos de miras. La
    súbita corrección de las posiciones especulativas en prácticamente todos los
    sectores del sistema financiero fue desencadenada por el estallido de la burbuja
    inmobiliaria en los Estados Unidos, pero esa burbuja, como otras similares, era
    insostenible y tenía que estallar tarde o temprano. No es aceptable que los
    responsables de la formulación de las políticas, que deberían haber actuado con
    mayor cautela, echen ahora la culpa a la avaricia desenfrenada o a reguladores
    que «se durmieron al timón».La desregulación financiera, impulsada por una creencia ideológica en las
    virtudes del mercado, ha favorecido la aparición de instrumentos financieros
    «innovadores» sin vinculación alguna con actividades productivas en el sector
    real de la economía. Esos instrumentos propician actividades especulativas
    que se basan en información aparentemente convincente, pero que en realidad
    no representa sino una extrapolación al futuro de las tendencias actuales.
    De esa manera puede sostenerse a sí misma -durante algún tiempo- una actividad
    especulativa basada en la expectativa de rentabilidades excesivamente
    elevadas. Muchos agentes que disponen de grandes cantidades de dinero (a menudo prestadas) apuestan al mismo resultado «plausible» (por ejemplo,
    un aumento ininterrumpido de los precios de los bienes raíces, del petróleo o
    de las acciones o de la paridad de determinadas monedas). Puesto que los medios
    de difusión, los denominados analistas y los responsables de la formulación
    de políticas confirman esas expectativas, apostar al crecimiento
    ininterrumpido de los precios no se percibe como una temeridad, sino como
    un comportamiento sin riesgo.
    En contra de la opinión más extendida en la teoría económica, ese tipo de
    comportamiento especulativo no tiene efectos estabilizadores, sino que
    desestabiliza los precios. Puesto que en un mundo caracterizado por la
    incertidumbre objetiva no es posible conocer el precio «verdadero», no se
    cumple la condición fundamental para que la especulación resulte
    estabilizadora. Las expectativas uniformes, pero equivocadas, sobre la
    evolución de los precios a largo plazo terminan tarde o temprano chocando
    con la realidad, puesto que los fondos no se han invertido en la capacidad
    productiva de la economía real, donde podrían haber generado incrementos
    del ingreso real. Cuando el entusiasmo de los mercados financieros topa con
    la situación objetiva de la economía real, caracterizada por un crecimiento
    relativamente lento, resulta inevitable un ajuste de las expectativas
    exageradas de los participantes en los mercados financieros.
    En esa situación, el desempeño de la economía real se ve determinado en
    gran medida por el monto de la deuda pendiente: cuantos más agentes
    económicos han participado directamente en actividades especulativas
    basadas en el apalancamiento con fondos prestados, más doloroso resulta el
    proceso de desapalancamiento, es decir, el proceso por el que el nivel de los
    empréstitos se adapta a la reducción de los ingresos. Al tratar los deudores de
    mejorar su situación financiera vendiendo activos y reduciendo gastos,
    provocan una ulterior disminución de los precios de los activos, mermando
    considerablemente los beneficios de las empresas y provocando un nuevo
    proceso de deflación por sobreendeudamiento, que puede conducir a la
    bajada de los precios de los bienes y servicios al reducir la capacidad de
    consumir y de invertir en el conjunto de la economía. Por consiguiente, los
    intentos de algunos agentes económicos de reducir su deuda dificulta el
    servicio de la deuda de otros. La única salida a esa situación es la
    intervención pública para estabilizar el sistema recurriendo a medidas
    inflacionarias financiadas por endeudamiento público.Es interesante recordar el fin del sistema de Bretton Woods, al amparo del
    cual el mundo disfrutó de dos decenios de prosperidad y estabilidad
    monetaria. Desde entonces, la frecuencia y la magnitud de los desequilibrios
    y las crisis financieras en la economía mundial han aumentado drásticamente,
    para culminar en la crisis actual. Como los desequilibrios de la balanza por
    cuenta corriente se traducen en desequilibrios de la balanza por cuenta de
    capital, tienen el efecto de propagar rápidamente la crisis financiera entre los
    países. Los países cuya balanza por cuenta corriente es excedentaria han de
    prestar de una forma u otra a los países deficitarios la diferencia entre sus
    ingresos por exportaciones y sus gastos en importaciones. El drástico
    aumento de las relaciones de deudor a acreedor entre países también guarda
    relación con la forma en que, tras las crisis financieras de mediados de los
    años noventa, las economías en desarrollo intentaron resguardarse de las
    inclemencias de los mercados mundiales de capitales.
    Las pérdidas financieras de los países deficitarios o su incapacidad de
    reembolsar sus préstamos repercuten directamente en los países excedentarios
    y hacen peligrar su sistema financiero. El contagio por esa vía es
    particularmente difícil de evitar en el mundo de hoy, en que la regulación de
    las relaciones monetarias y financieras internacionales brilla por su ausencia.
    Otra causa importante de los crecientes desequilibrios son las fluctuaciones
    de los precios relativos de los bienes que son objeto de comercio internacional
    como resultado de la especulación en los mercados cambiarios y financieros,
    que provoca grandes desajustes de las paridades monetarias. La
    especulación en los mercados de divisas propiciada por los diferenciales de
    los tipos de interés provocó un exceso de gasto en los países receptores de
    capitales, lo que condujo a su vez a la actual corrección. Como resultado de
    las entradas de capital atraídas por altos rendimientos, las monedas de los
    países receptores de capital (caracterizados por tasas de inflación y tipos de
    interés más elevados) se apreciaron en términos nominales y reales, lo cual
    provocó grandes variaciones de las ventajas absolutas o del nivel de competitividad
    general de ciertos países con respecto a otros.
    La desconexión creciente entre las variaciones de los tipos de cambio
    nominales y las variables fundamentales de la economía (principalmente el
    diferencial de inflación entre los países) ha sido una de las causas principales
    de la agravación de los desequilibrios mundiales. Para que el incremento del
    bienestar económico sea sostenible, tiene que poderse compartir sin alterar la
    posición competitiva relativa de los países. Las empresas que ganan cuotas de
    mercado a expensas de otras son un componente esencial del sistema de mercado, pero cuando las naciones obtienen ganancias a costa de otras
    aprovechando su superior posición competitiva, se plantean inevitablemente
    problemas. Si las naciones «ganadoras» no están dispuestas a aceptar que se
    reequilibren plenamente las posiciones competitivas a largo plazo, fuerzan a
    las naciones «perdedoras» a entrar en mora. Éste es el «problema de la
    transferencia» que planteó J. M. Keynes hace unos ochenta años y cuya
    lógica sigue teniendo vigencia hoy en día.
    Además de todos esos factores, en los últimos cinco años el vertiginoso
    aumento de los precios de los productos básicos generó en los países
    exportadores de estos productos excedentes de cuenta corriente -a veces muy
    cuantiosos. Sin embargo, cuando llegó el momento de la «corrección», la
    situación de muchos productores de productos básicos de los países más
    pobres y más pequeños se deterioró rápidamente. Hay cada vez más indicios
    de que la financialización de los mercados de futuros de productos básicos
    fue un factor determinante de la magnitud y el grado de inestabilidad de los
    mercados. En muchos mercados físicos de productos básicos, el alza de los
    precios puede deberse al simple hecho de que todos prevén que van a seguir
    aumentando los precios, pronóstico que a su vez puede ser resultado del
    incremento de los precios de los futuros a consecuencia de los vaivenes del
    poder de especulación entre los mercados financieros, los mercados de
    futuros de productos básicos y los mercados de divisas.La crisis financiera mundial se desató en una situación marcada por la
    incapacidad de la comunidad internacional para dotar a la economía
    globalizada de reglas mundiales creíbles, especialmente en lo referente a las
    relaciones financieras internacionales y las políticas macroeconómicas. Las
    burbujas especulativas, empezando por la burbuja inmobiliaria de los Estados
    Unidos, fueron el fruto de una política de desregulación activa de los
    mercados financieros a escala mundial, ampliamente respaldada por
    gobiernos de todo el mundo. La distribución de los riesgos y su segmentación
    -así como la de la información al respecto- se vieron facilitadas por la
    «titulización» mediante instrumentos tales como valores respaldados por
    hipotecas inmobiliarias, que parecían satisfacer a los inversores ávidos de
    ganancias de dos dígitos. Sólo en ese momento entraron en juego la codicia y
    el despilfarro. Una regulación más adecuada habría hecho imposible concebir
    expectativas de que instrumentos puramente financieros rindieran utilidades
    de dos dígitos.Habida cuenta de que en la mayor parte de los países desarrollados la tasa
    de crecimiento real no superaba el 5%, esas expectativas carecían de
    fundamento desde el principio. Quizá sea humano olvidarse de los fracasos
    del pasado, pero los expertos, los organismos de calificación crediticia, los
    reguladores y los asesores de los gobiernos saben que no todo el mundo
    puede registrar ganancias superiores a la media y que la economía real tiene
    una capacidad limitada para asimilar ingresos generados por la
    sobrevaloración de los precios de los bienes inmobiliarios y los productos
    básicos y por los desajustes cambiarios. Esto es algo que se debería haber
    aprendido de los auges bursátiles de la «nueva economía», pero no fue así.
    Por el contrario, gran número de participantes en los mercados financieros
    empezaron a invertir en fondos de cobertura e «instrumentos financieros
    innovadores». Para mantener altos niveles de rendimiento, esos fondos no
    podían dejar de asumir riesgos cada vez mayores, valiéndose de
    complejísimos modelos informáticos para determinar las hipótesis más
    plausibles sobre el futuro, lo cual no hacía sino aumentar la opacidad de
    muchos instrumentos. Sólo ahora, con la experiencia de la crisis, muchos
    participantes y autoridades están empezando a comprender lentamente la
    importancia del crecimiento económico real y la necesidad de que la tasa de
    rendimiento del capital se sustente en él.
    La crisis ha puesto claramente en evidencia que la globalización del
    comercio y de las finanzas exige una cooperación y una regulación
    mundiales. Pero para salir de esta crisis y evitar fenómenos parecidos en el
    futuro es necesario ir más allá de la regulación bancaria y financiera y
    abordar la cuestión fundamental de cómo reactivar y extender el
    multilateralismo en un mundo en proceso de globalización.En los mercados financieros, la conducta similar de muchos de los
    participantes y la cantidad limitada de información por la que se guían
    justifican un aumento considerable de la intervención estatal. Al contrario de
    lo que sucede en los mercados atomizados de bienes y servicios,
    caracterizados por la cantidad colosal de datos independientes entre sí que
    influyen en la formación de los precios, la mayor parte de la información que
    determina la conducta de los especuladores y los operadores de cobertura es
    del dominio público, y la interpretación de esos datos sigue unas pautas de
    razonamiento bastante simples. Ni los participantes en el mercado ni los
    gobiernos pueden conocer los precios de equilibrio de los mercados financieros. Sin embargo, ese no es un argumento válido contra la
    intervención, ya que ahora sabemos que los participantes en los mercados
    financieros no sólo desconocen la situación de equilibrio, sino que siguen
    pautas de conducta que tiende sistemáticamente a alejar del equilibrio los
    precios financieros. Los gobiernos tampoco conocen la situación de
    equilibrio, pero son en última instancia los mejor situados para determinar
    cuándo está el mercado en desequilibrio, especialmente si se adopta como
    criterio primordial de la regulación la eficiencia funcional y social.
    Aunque el mal funcionamiento de los mercados financieros ha destruido
    la ingenua creencia de que la liberalización financiera irrestricta y la ausencia
    deliberada de intervención estatal maximizarían el bienestar, la crisis ofrece
    una oportunidad que se debe aprovechar. Los gobiernos, los órganos de
    supervisión y las instituciones internacionales han de desempeñar un papel
    esencial para que toda la sociedad pueda disfrutar de los beneficios
    potenciales de un sistema de mercado caracterizado por la adopción
    descentralizada de las decisiones. Para que los mercados atomizados de
    bienes y servicios puedan funcionar eficientemente, es necesaria una
    intervención coherente y enérgica en los mercados financieros por parte de
    instituciones conocedoras del riesgo sistémico, lo que requiere una
    perspectiva muy diferente de la evaluación del riesgo de un inversor
    particular. El laissez-faire de los últimos veinte años, inspirado por un
    fundamentalismo de mercado, ha fracasado estrepitosamente. El nuevo
    proceso de regulación de los mercados financieros ha de tener presentes las
    ineludibles lecciones de la crisis, entre las que cabe destacar las siguientes:
    ???? La eficiencia financiera debe definirse como la capacidad del sector para
    estimular el crecimiento económico a largo plazo y para ofrecer servicios
    que faciliten la distribución del consumo en el tiempo. Un objetivo
    esencial de la reforma normativa es instaurar un sistema que permita
    suprimir los instrumentos financieros que no contribuyan a la eficiencia
    funcional o social;
    ???? Para evitar el arbitraje regulador es necesario que los reguladores puedan
    abarcar el conjunto del sistema financiero y supervisar todas las
    transacciones financieras en función del riesgo que engendren;
    ???? La regulación prudencial a nivel macroeconómico debe completarse con
    políticas prudenciales a nivel macroeconómico tendentes a constituir
    reservas de amortiguación durante las épocas buenas para evitar la
    desaparición de liquidez en los períodos de crisis;???? A falta de un sistema internacional verdaderamente cooperativo, los
    países en desarrollo pueden aumentar su resistencia frente a las
    conmociones externas manteniendo un tipo de cambio competitivo y
    limitando los desajustes de paridades monetarias y de plazos de
    vencimiento en los balances públicos y privados. Si fracasan otras
    medidas, puede recurrirse a políticas de contingencia, como controles de
    capital compatibles con las leyes del mercado, para limitar la acumulación
    de riesgos en las épocas de bonanza.
    ???? Los reguladores de los países en desarrollo deben desarrollar sus sectores
    financieros gradualmente, para evitar el ciclo de auge y recesión;
    ???? Los reguladores de los distintos países deben intercambiar información,
    tratar de establecer normas similares y evitar la igualación hacia abajo de
    la regulación financiera.
    En cuanto al aumento de la presencia de inversores financieros en los
    mercados de futuros de productos básicos, se han indicado varias esferas en
    las que podrían mejorarse inmediatamente la regulación y la cooperación
    mundiales:
    ???? Es necesario que se proporcione información completa sobre las
    transacciones con el fin de que se puedan fiscalizar las operaciones
    importantes en «look-alikes» o contratos similares a los de futuros, que
    afecten potencialmente a los mercados regulados, y de que los
    reguladores estén en condiciones de interpretar debidamente los
    movimientos de los precios e intervenir cuando alguna transacción les
    parezca problemática;
    ???? Para que la reforma normativa sea eficaz debe colmarse el vacío jurídico
    en lo referente al corretaje de swaps, a fin de que los reguladores puedan
    corregir los efectos indeseables de los mercados extrabursátiles sobre las
    bolsas de productos básicos. Los reguladores deben poder intervenir
    cuando las posiciones de los corredores de swaps sobrepasen los límites
    fijados para las posiciones especulativas y puedan incurrir en
    «especulación excesiva».
    ???? Otro aspecto esencial de la regulación consiste en la inclusión de datos
    sobre más productos en los informes de posición detallados de las bolsas
    de productos básicos de los Estados Unidos y exigir que reúnan datos
    similares los mercados no estadounidenses en los que se negocian «lookalikes».
    Si se les otorga más poder, los reguladores pueden impedir que conductas comerciales que originan burbujas afecten negativamente al
    funcionamiento de los mercados de futuros de productos básicos;
    ???? Es necesario renovar los esfuerzos en pro de un arreglo institucional
    mundial, respaldado por todos los países interesados, consistente en el
    establecimiento de una reserva material mínima de cereales (para
    estabilizar los mercados y atender las emergencias y las crisis
    humanitarias) y de un mecanismo de intervención. Ha de disponerse la
    intervención en los mercados de futuros cuando una institución mundial
    competente considere que los precios de mercado se alejan
    significativamente de una banda dinámica de precios basada en los
    parámetros fundamentales del mercado. Ese mecanismo mundial debe
    poder apostar en contra de las posiciones de los fondos de cobertura y de
    otros grandes participantes en el mercado, y asumir la función de
    «creador de mercado».
    En una economía globalizada, las intervenciones en los mercados
    financieros exigen la cooperación y la coordinación de las instituciones
    nacionales y la supervisión de las actuaciones nacionales por instituciones
    especializadas con un mandato multilateral. En plena crisis esa
    concertación resulta todavía más importante que en situación normal. No
    parece apropiada la tendencia de muchos gobiernos de volver a confiar a
    los mercados financieros la función de juez o jurado del proceso de
    reforma, del que depende el destino de naciones enteras. Es indispensable
    estabilizar los tipos de cambio mediante una intervención pública directa y
    coordinada, respaldada por mecanismos de supervisión multilateral, en vez
    de confiar en el poder de autorregulación del mercado y de tratar de
    «convencer» a los participantes en el mercado de la «credibilidad de las
    políticas» del país cuya moneda se ha depreciado, lo que suele conllevar la
    aplicación de políticas procíclicas, como recortes del gasto público y
    aumentos de los tipos de interés.
    Para resolver los problemas de exceso de actividad especulativa en el
    sector financiero es necesario enfocarlos de manera integrada. Por ejemplo, si
    se abordan únicamente los aspectos nacionales del nuevo proceso de
    regulación para impedir el resurgimiento de burbujas inmobiliarias y la
    creación de instrumentos financieros de alto riesgo conexos, sólo se
    conseguirá intensificar la especulación en otros ámbitos, como las bolsas. Al
    prevenirse la especulación sobre las divisas mediante un nuevo sistema
    monetario mundial con mecanismos de ajuste automático de los tipos de cambio, puede ocurrir que la especulación en busca de ganancias rápidas se
    reoriente hacia los mercados de futuros de productos básicos y aumente su
    volatilidad. Análogamente, el éxito de una región en la lucha contra la
    especulación puede colocar a otras regiones en el punto de mira de los
    especuladores. Si no se cierra el gran casino, no habrá solución duradera.

  2. Kamchatka_H dice:

    Este video debe ser difundido masivamente. Entiendo que debe ser visto por todos los «ilustrados» que nos están gobernando en Europa. Parece que, de momento, el unico decidido a proponerlo (el que se haga, como siempre dependerá del voto republicano), ha sido Obama.
    Estoy suscripta a vuestra página. Y de momento, nunca ha dejado de sorprenderme.
    También de motivarme, cuando a veces, en días como hoy, tiene uno un ramalazo de poner la tele y dejar de romperse la cabeza, sobre todo cuando nos «plantan» sus decisiones y uno siente la impotencia de que puede decidir, solo cada cuatro años.
    Menos mal, que hoy tenemos el refugio del 15M

  3. gonzalo dice:

    En el visor del video, haz click en el botón CC para activar los subtítulos en castellano.

  4. César Rodríguez Placeres dice:

    Me parece muy conveniente ponerle subtitulos o traducción

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